Las Ventajas de Aplicar Metodologías Ágiles en tu Empresa

Cuando hablamos de metodologías ágiles nos referimos a metodologías, valga la redundancia, que nos permiten adaptar el…
La era de la transformación digital ya es un hecho y las constantes innovaciones tecnológicas prácticamente obligan a las empresas a adaptar sus métodos de gestión y trabajo para cada situación. Por ello, las organizaciones deciden implementar las metodologías ágiles para reducir costes, tiempo y poder entregar un producto/servicio de mejor calidad.
¿Qué son las metodologías ágiles?
Cuando hablamos de metodologías ágiles nos referimos a metodologías, valga la redundancia, que nos permiten adaptar el típico manual de trabajo al tipo de proyecto que pensamos desarrollar. Es decir, una metodología ágil nos ofrece la flexibilidad, rapidez, productividad y eficacia que normalmente no obtenemos con los métodos convencionales.
¿Cómo surgieron las metodologías ágiles?
La necesidad de las empresas por innovar y ser productivos los llevó a idear las distintas metodologías ágiles, que quizás no llevaron ese nombre en su momento, pero que ahora son reconocidas así. Conozcamos el origen de ellas:
- Scrum: Se avista por primera vez en 1986 gracias a Hirotaka Takeuchi e Ikujiro Nonaka, pero oficialmente fue creada en 1995 a través de un conjunto de buenas prácticas del desarrollo de software.
- Kanban: Creado por Toyota en los años 50 al darse cuenta que necesitaban una mejora en su producción de automóviles.
- Design Thinking: El término se escuchó por primera vez en el año 1969, siendo Herbert Simon su creador en el libro “La ciencia de lo artifical”. Sin embargo, no fue hasta el año 2008 donde Tim Brown redactó un paper en el cual detallaba cómo se llevaría a la práctica la metodología que planteaba Simons. Hoy en día, Brown cuenta con IDEO, la empresa líder mundial en innovación.
¿De qué tipo son?
Los diversos tipos de metodologías ágiles cumplen con los 12 principios del Manifiesto Ágil para que puedan ser consideradas como tales. Entre ellas tenemos las siguientes:
- Scrum. Es uno de los métodos que más popularidad ha ganado en los últimos tiempos y no es para menos, pues es el indicado para resolver los proyectos más complejos o “caóticos”. Está basada en la adopción de cambios, el factor humano, el desarrollo iterativo y la constante interacción con el cliente. Se trabajan con Sprints de duración determinada.
- Kanban. La metodología Kanban fomenta el trabajo en equipo, es funcional y cuenta con un flujo permanente de tareas. Como lo mencionamos antes, fue desarrollada por Toyota y está basada en los modelos del Just In Time (JIT) y el Lean Manufacturing. A diferencia del Scrum, el Kanban tiene fechas límites no tan prioritarias en las tareas; es decir, priorizan la continuidad de tareas antes que el comienzo de otras.
- Design Thinking. Es una metodología que se enfoca en entender al usuario y generar soluciones a las necesidades que realmente tienen. Se investiga, interactúa, vive en carne propia el mercado; esencialmente es ponerse en los zapatos del usuario y el consumidor.
- Lean Startup. Es el método donde estaremos retroalimentándonos constantemente con los usuarios, pues se basa en el “aprendizaje validado”. Lanzaremos pequeñas propuestas por un determinado tiempo y obtendremos un feedback, positivo o negativo, con el que iremos construyendo el producto final.
¿Por qué aplicar estas metodologías en tu empresa?
Hoy en día aún existen empresas u organizaciones que emplean modelos jerarquizados para sus procesos, puede porque no vean sus verdaderos beneficios o simplemente desean apegarse a lo tradicional.
Estas son algunas ventajas que las metodologías ágiles otorgan:
- Son flexibles. Dependiendo de la metodología que se utilice, el trabajo puede ser dividido en iteraciones y mantenemos un control específico por cada tarea. Los cambios pueden integrarse con más facilidad.
- Son rentables. El menor costo que logran se debe a que no emplearemos a tantas personas en los proyectos; además, los tiempos de entrega se reducen considerablemente y así evitamos el uso innecesario de recursos.
- El producto final es lo esperado. ¿Cuántas veces el cliente ha quedado desconforme con lo que le entregamos? Demasiadas, quizás. Ese no será el caso al emplear las metodologías ágiles, pues él mismo estará involucrado en el desarrollo del proyecto.
- Fomentan el compromiso. Las distintas metodologías empoderan a los miembros del equipo para participar o aportar ideas y, así, la motivación de ellos incrementa. Esto no sucede mucho en los modelos jerarquizados, donde solo hay una persona ordenando y desde lejos.
Casos de éxito con metodologías ágiles
- Caso Totoya (Kanban). En la mitad del siglo pasado, Toyota implementó por primera vez una metodología que le permitía, a través de tarjetas, dividir el proceso de producción en fases delimitadas y delegar labores de forma efectiva. El control de sus inventarios mejoró considerablemente, cada vez habían menos “cuellos de botella” y, por supuesto, redujeron el uso de recursos.
- Caso Airbnb (Design thinking). Las cosas para la startup no iban bien en sus inicios, pero decidieron aplicar el design thinking al ponerse en los zapatos de sus clientes. La interacción con ellos los llevó por el camino de empatizar, conceptualizar, diseñar y probar.
- Caso Spotify (Scrum). Spotify decidió aplicar la metodología de Scrum de forma sistemática. Se organizaron equipos por squads (escuadrones) los cuales no eran más que pequeños equipos de Scrum que tenían la facultad para implementar software hasta el final de cada sprint. Luego, los squads son reunidos en tribus y finalmente en un guild.
En conclusión, observando los casos de éxito podemos darnos cuenta que las metodologías ágiles sirven tanto como para empresas consolidadas como para las que aún despegan. Además, en la era de la Industria 4.0, es más factible llevar nuestros proyectos con distintas metodologías que se puedan adaptar a nuestras necesidades o las del cliente mismo.